viernes, 16 de octubre de 2015

Carta Anónima

"Muy bien, entonces que tus "amigos" adinerados sigan invitándote a sus muy distinguidas reuniones, que todo el mundo siga admirando tu apellido por su opulencia imaginaria, que las amigas de tu esposa no te miren mal y que tu circulo social de fina estampa tampoco lo haga. Vamos, sigue así.

Pero ¿Si observas  a ese colegio? Al que le ves la cara todos los meses evadiendo los pagos, porque claro "la ley te ampara". Y podrías seguir haciendo lo mismo durante años. Pero ¿No te da asco? o simplemente no te das cuenta, o decides no hacerlo. Porque detrás de tu superficial capricho existen niños, igual que los tuyos, que no tienen un maldito cuaderno en donde escribir. Hay mesas donde no habita ni un solo plato con comida servida. Miles de familias destruidas por la frustración y el estrés desembocado por el hecho de no saber si el día siguiente podrán seguir pagando el alquiler. Y todo esto, no por falta de esfuerzo, vocación, o preparación de parte de esos educadores a los que decides dejar a la deriva, sino por el simple antojo de mantenerte dentro de un sucio circulo social. Es decir, monopolizas el sistema a tu conveniencia aplastando la dignidad de las personas que educan, para que nadie se entere de que a tu empresa no le esta yendo bien. Que asco.

¿Donde quedó la parte humana? ¿Donde quedaron los principios? Es una pena pensar que tantos años de vida humana hayan sido desperdiciados en rebuscar en la superficie. En una constante lucha por mantenerse en un ascético puesto social, que cuando los gusanos carcoman tus entrañas ya sin vida, no tendrá valor alguno. 

Por estos motivos, directamente me refiero a ti a todo el conjunto de indolentes que denigran la dignidad de los educadores y personas de servicio dentro del colegio, para exigirte que dejes la cobardía y la indiferencia en la que te basas, y que reflexiones acerca de todas las mesas que dejas vacías, y todas las relaciones humanas que destruyes."


jueves, 15 de octubre de 2015

Aprendamos a pisar para adelante, no hacia atrás

Hoy experimenté como el mundo se desmoronaba sobre los cimientos de una sociedad avariciosa, vaga, y deshonesta. ¿Hasta que punto puede el mundo vivir acaparando billetes y monedas? ¿Porque no se nos pudo enseñar a atesorar nuestra mutua confianza?

Profesores y personal de mantenimiento llevan meses sin ser pagados por su labor, en un colegio que cobra un total aproximado de $600 cada mes por alumno. Inflado en una deuda, porque ciertos padres de familia se rehúsan a pagar, el colegio se ve forzado a utilizar el dinero que dispone para pagarle a los bancos, aunque difícil  es verificar si en realidad se distribuye como se dice.

La ley en el Ecuador previene que los colegios expulsen a estudiantes, y se les fié la plata que deben, así que personas toman provecho de esto, poniendo a sus hijos e hijas en colegios caros, sin pagar, mientras profesores cuentan los centavos para poder alimentar a sus familias, velar a sus difuntos, y pagar servicios médicos básicos. A pesar de estar en este estado, ciertos profesores encuentran la fuerza para dar honor a su profesión, y enseñan. Cumplen con la labor más importante en toda sociedad, sin embargo se les niega poder darse el "lujo" de alimentar a sus propios hijos, pero poco a poco, se empiezan a revelar, gritando con toda razón en este mundo súplicas de misericordia, por algo que es suyo por derecho.

Pero es así como se idolatra el capitalismo, acaparando todo en el mundo, asegurando tu propia salud primero mientras la sociedad que te sostiene cruje por debajo de tus pies. La ley se escribió de una manera severamente descuidada, y no se hace nada para remediarlo, por el momento. Y es ese el encanto de la democracia, ¿no? Elegir entre lo malo y lo peor, manteniendo a la gente lo mas alejada de la política posible, tratándola como clientes de una gran empresa donde la meta primordial es el dinero. La ilusión de libertad no es ningún chiste, mientras se le presente al hombre una opción, creerá que esta marcando la diferencia, cuando, en realidad la respuesta fue decidida mucho antes de que se impriman las papeletas.

¿Acaso no es el trabajo lo que sostiene y crea un país?

No creo que sobreviva más tiempo, cerrará sus puertas muy pronto y el legado que dejará antes de su muerte será la prueba de que hemos convertido de la humanidad un parásito que consume lo que puede, destruye, y se mueve a otra parte. Acabaremos con las almas que adoran sus trabajos y poblaremos el mundo con especímenes que le rezan a redes sociales y a billetes cuyo valor es una mera ilusión.

Si quedan los que todavía peleamos por las últimas aspiraciones de aire, antes de que al mundo lo cubra una niebla densa y negra, ¿cual es su voz? ¿Hasta que punto debemos llegar para decidir que por fin se necesita un cambio? Si quedan aquellos que todavía no les ha cegado la superficialidad, HABLEN, porque somos nosotros la carne, sangre y sudor de la evolución social. De nosotros consta y solo nosotros le podemos dar fuerza al cambio que el mundo pide a gritos... ¡Que no nos baste la comodidad! ¡Que no nos baste elegir, si podemos crear!

De la guerra a la paz hay un solo paso, y desde donde estamos a la guerra hay otro más, y ese paso va hacia adelante.

-Sebastian Carcache